Creando otra fantasía medieval

(Edit. ¡La antología ya ha sido publicada! En lektu)

Saludos a todos. Voy a poner algo que tengo pendiente de cuando no tenía blog. Yo también quiero contar cómo ha sido mi experiencia con la maravillosa iniciativa de Laura Morán Iglesias, que me ha impulsado tanto a escribir más como a hacerlo revisando mis ideas preconcebidas. Bueno, y también me ha cambiado la vida un poco, pero eso es otro tema.

Descubrimiento

El pasado otoño me encontraba devorando artículos para escritores, pues llevo tiempo intentando reimpulsar mi afición por la escritura y a mi abandonado libro, y encontré uno que además de explicar cierto tema, nos invitaba a profundizar en él.  En la posibilidad de crear mundos de fantasía medieval sin machismo. No derrotarlo o criticarlo, que simplemente ni exista. Cuando vi la propuesta lo primero que pensé es que parecía interesante, pero lo segundo, es que era demasiado tarde. Quedaban dos semanas de plazo.

De pronto me dio un ataque de determinación y decidí que lo haría fuese como fuese. Aunque me suele costar horrores escribir algo, aunque me daba pánico que cualquiera leyera mis horribles escritos. Pero quería hacerlo. Tenía que salir del armario de una vez.

Ahí yo tirándome a la piscina. No me arrepiento de nada.

Planteamiento y horror

Decidí utilizar los personajes y el mundo en los que ya estaba trabajando. Pensaba que con eso bastaría, ya que yo no era machista y por tanto mi historia tampoco. Tenía muchos personajes femeninos, muchas mujeres fuertes, valientes y poco refinadas, guerreros que aceptaban a sus compañeras a pesar de ser mujeres, una mujer de carácter fuerte que vencía el odio que sentía por los hombres desde que la violaron, una chica que se rebelaba contra el sistema que la obligaba a casarse con un tío violento y feo… Sí, ahora yo también pongo esa cara de asco leyendo eso.

En un principio, el núcleo de la trama era sencillito. A medida que maduró y me influencié de otras obras fui añadiendo… “realismo”. De ese sucio y medieval que odia a las mujeres, lo femenino y las opciones sexuales no normativas. No me daba cuenta de lo mal que lo hacía, al fin y al cabo tenía personajes femeninos que me había esforzado en construir bien y que se resistían a ser sometidos. Pero de alguna forma lo tenían que pasar peor, porque el mundo debía ser así de cruel con ellas. A pesar de mis ideales, lo había estado haciendo mal. Librarse de algo que te han vendido como lo más normal del mundo durante toda la vida, cuesta.

Había visto varios artículos que me hacían considerarme esto. ¿Por qué introducir machismo como forma de representar un mundo de estilo medieval cruel con los débiles? Ya tenía bastante xenofobia entre las razas que estaban en guerra, persecuciones religiosas contra hechiceros y sospechosos de serlo, abismos entre clases sociales y monstruos enormes que podían complicarlo todo sin más razón que alimentarse. Además hay anacronismos y tecnologías impropias del medievo. Hasta que me di cuenta del mayor error. Hechiceros, monstruos,  naves voladoras… ¡mi mundo ni siquiera está ambientado en la Tierra! Si no estamos hablando de nuestro mundo, el rigor histórico no tiene sentido. Ni aunque lo fuese. Al fin y al cabo y como me han demostrado varias sesiones de investigación, ni siquiera en el medievo había tanto sexismo.

Artículos sobre tonterías medievales en la fantasía, sobre que ni el medievo real era así, falsas mujeres fuertes, los innecesarios abusos, test sencillos pero aparentemente no tan fáciles de pasar y otros repetitivos clichés me iban abriendo cada vez más los ojos sobre lo que ya sospechaba: tenía la cabeza llena de imposiciones. Lo que era mejor, imposiciones que no necesitaba para crear un mundo cruel y realista.

Me quedé mirando a mis chicas con pena. ¿Por qué dos de ellas debían tener un trauma relacionado con los abusos?  ¿Por qué los matrimonios de conveniencia eran dramas para ellas? ¿Por qué tenía que ser poderosas “a pesar de”? De pronto podía cambiar sus penurias por cosas que les podría pasar aun siendo hombres, siendo personas, complicarles el carácter por otras vías. De pronto mis chicos parecían más personas también.

Escritura por fin

Ya calmada mi conciencia, cogí a uno de esos personajes, uno de mis favoritos, y me propuse a contar su historia,  de cómo llegó a unirse a los demás protagonistas teniendo un origen tan lejano. Una historia de amor interracial y miedo a lo que no se conoce bien por culpa de antiguas batallas. Lo hice dejándome llevar por completo, dejando a los personajes libres como nunca. Cualquier cosa, buena o mala, les podía pasar sin importar su sexo.

Con eso en mente, terminé la historia en apenas 6 días,  al 7º reposé y vi que el relato era bueno, todo un récord para alguien que lleva años para escribir casi nada. Después vino la edición, que necesitó mucha. Pero el proceso al completo fue algo increíblemente gratificante. Mucho más cuando recibí un mensaje diciendo que me las había apañado para crear algo aceptable y estaba dentro.

Lo aprendido

Esta antología ha cambiado la forma de ver de muchas y muchos, y más que lo hará cuando vea la luz para todo el público. Porque la mayoría de los participantes ya sabíamos que había cosas que estaban mal, pero no habíamos llegado a este nivel de introspección, (luego están quienes sí que lo llevan haciendo un tiempo, y los admiro por ello). Pero a mí además me ha cambiado mi forma de escribir, mejorándola e impulsándola. Al fin saco a la luz lo que escribo, y estoy decidida a seguir haciéndolo.

Además, he conocido a una fantástica escritora con la que espero colaborar más de aquí en adelante. Especialmente, ahora que es mi adoptada.

Espero que Naro y su historia os enamoren tanto como a mí.